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Energía y también industria: producir más consumiendo menos



El ámbito energético español está en plena transformación. La demanda de energía eléctrica en el país creció un 54% en los primeros nueve meses del año 2003, lo que llevó al Gobierno español a realizar medidas para reducir el consumo de energía y las emisiones de CO2 en cumplimiento del Protocolo de Kyoto. Para alcanzar este objetivo, la industria, que representa el 31% del consumo total de energía en España, deberá adaptarse a los nuevos requerimientos del Plan de ahorro y efectividad energética.



Según datos de la Red Eléctrica De españa (REE), España es el quinto país cliente de energía de la Unión Europea, y el segundo con los costos de la energía mucho más bajos para los clientes domésticos y el tercero para los industriales. La industria, que depende en buena medida de la electricidad, el gas y el petróleo, consume el 482% de la energía total de la industria extractiva y manufacturera, lo que se traduce en más de 6800 millones de euros cada un año.



La industria se está viendo perjudicada por los cambios en el campo energético, pero al mismo tiempo, la industria y el sector energético son causantes de cerca del 80% de las emisiones de CO2 a la atmósfera. Para cumplir con el Protocolo de Kyoto, el Gobierno español ha elaborado medidas como el fomento de las energías renovables y la liberalización completa del campo. En el primer mes del año de 2003, se extendió la liberalización a todo el mercado español, dando permiso a 22 millones de individuos, incluyendo las pequeñas y medianas empresas, elegir su compañía de electricidad.



Las empresas industriales españolas concentran más del 50% de la demanda de energía, con Cataluña, la Comunidad Valenciana y el País Vasco liderando el consumo. A pesar de esto, la tecnología de la cogeneración, fundamentada en la producción conjunta de calor y electricidad en plantas especialmente diseñadas para esto, ha permitido achicar desde 1990 un 23% la intensidad energética de las empresas. Además, el apoyo a nuevas tecnologías menos derrochadoras y el promuevo de fuentes de energía renovables tienen como misión reducir el consumo garantizando la continuidad del suministro.



Sin embargo, el Plan de ahorro y eficiencia energética nacional 2004-2012, efectuado por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, dependiente oferta energética del Ministerio de Economía, podría poner bajo riesgo la viabilidad de empresas españolas enormemente eficientes, según la asociación de grandes consumidores españoles de energía, AEGE. El plan expone una reducción de la intensidad energética en ese periodo del 72%,, lo que supondrá, cuando menos en las previsiones, 2853 millones de euros menos en consumo.



En un contexto de inviernos fríos y veranos calurosos que incrementan el consumo energético, el avance de tecnologías mucho más eficaces y el promuevo de energías renovables son esenciales para garantizar la oferta de energía en España mientras se disminuye el consumo y las emisiones de CO2.

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